Cuando quieres
algo desesperadamente, lo alejas. Haz la prueba. Arroja el corcho de
una botella en la mitad de un estanque y trata de atraerlo hacia ti
moviendo el agua. Rápidamente verás que, en vez de acercarse, el
corcho se desplaza en sentido contrario. Pero si dejas de mover el
agua y te olvidas de él, en algún momento el viento lo traerá
hacia ti.
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