Arqueómetro

El arqueómetro es un canon universal, que pretende representar y sintetizar la sabiduría y el arte antiguo. Diseñado por medio de círculos concéntricos, distingue doce partes, que refieren las casas del Zodíaco. Cada parte contiene un tono musical, una letra del alfabeto hebreo, un número, un color y un planeta. Cuatro triángulos equiláteros representan dos estrellas de David, enlazadas con los cuatro elementos de la Naturaleza: aire, tierra, fuego y agua.
La simbología de la Palabra creadora aparece en letras de los alfabetos sánscrito y vattiano, con sus números correspondientes.
Este magno proyecto se convierte en la clave espiritual, que desvela la energía primigenia del cosmos, y también los misterios de una sabiduría ancestral, que permanece oculta, a través de la historia de la humanidad.

"Existe una correspondencia entre el sonido no oído y la luz invisible, vibrando ambos en olas creativas en el éter puro, y el sonido audible y la luz visible reflejada por el prisma de la atmósfera astral."

"Veintidós letras de los alfabetos solares de la Palabra, doce letras zodiacales, siete letras planetarias, veintidós notas enarmónicas, doce cromáticas, siete diatónicas: esta es la correspondencia de la música y la Palabra en el Principio vivo"

La conteplación del arqueómatro le permite a Saint.Yves experimentar sensaciones de carácter sinestésico, alejadas de la conteplación puramente intelectual del número. En su cuaderno añade, "El Arqueómatro permite experimentar estas correspondencias, que de lo contrario habrían permanecido para siempre como un libro sellado"
Saint-Yves amplía este sistema visual y, en 1909, compone un arqueómatro musical, con más de doscientas partituras para piano, vinculadas a los siete modos planetarios. Es una música original, que no adopta ningún estilo musical concreto. La mayor parte de estas piezas son diatónicas y las melodías están perfectamente articuladas, incluyendo distintos intervalos.

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