El Dos, la díada maldita, es el espíritu maligno, kakos daimon, que separa la unidad y provoca el caos. Creadora de lo infinito, produce todo lo defectuoso y excesivo en el cosmos. Platón, recordando a Pitágoras, la llama "indefinida".
La díada, a lo largo del tiempo, recibe numerosos apelativos. Se llamó Rhea, madre de los dioses, que deriva del verbo rhein, fluir. El pitagorismo tardío la asoció a la diosa Isis; en griego, isos significa "igual". También se conocía por dye, o "sufrimiento" y, finalmente, por tolma, que evocaba "audacia" y "atrevimiento". La existencia de la díada, por tanto, fue un acto de temeridad; su imprudencia originó la materia de tres dimensiones y el mundo de aflicción. La finalidad principal del pitagorismo fue restablecer la armonía cósmica bajo la égida del Uno.
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