He pagado mis deudas, he cortado mis ataderas, las puertas de mi
casa están abiertas, he olvidado mis amores: ¡soy libre, y me voy
por el ancho mundo! En cuclillas, agrupados en su rincón, los otros
tejen la tela gris de sus vidas, o cuentan su oro entre el polvo, o
beben su triste vino, o cantan lánguidas canciones: y me llaman para
que regrese a su lado. Pero yo he forjado mi espada y he vestido mi
armadura, y mi caballo piafa de impaciencia. ¡Soy libre, es la
mañana y parto a conquistar mi reino!
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